El asno de Así Habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche, simbolizaba el sí acrítico y social de la masa. El conjunto de síes que se ven en el cuadro no deja de sugerirme esa imagen. El sí de la sociedad, de la masa, el sí del prejuicio, del pensamiento único. Luego encontramos la gran tachadura, la negación, el camello que se convierte en león, el espíritu crítico que rechaza las antiguas convenciones. Para poder avanzar es preciso negar. Acaso no negó Pedro tres veces a su maestro, antes del famoso canto del gallo.
Y más allá está el último sí. El sí de la autenticidad, el sí afirmativo de la vida y de la existencia, el que acepta el circulo del eterno retorno como fundamento metafísico, que no busca la transcendencia sino que acepta la inmanencia como un regalo de los dioses.
El fondo negro del cuadro me sugiere que más allá sólo hay vacío, que no debemos buscar más allá de la propia vida porque no hay nada o al menos, no podemos saber lo que hay. Hay alegría en el cuadro pero también algo de oscuridad, de ontológica tristeza que nos remite al tiempo pasado, aunque el sí es una apología del presente y una perspectiva de futuro.
El naranja de las letras, me alude al ímpulso vital, al contenido erótico de la carne, a la revolución individual y existencial que debemos hacer cada uno
para poder adaptarnos a la vida y crecer en su seno, sin aceptar las falacias que el poder nos trata de vender.
ALBERTO SORIANO
poeta y articulista.
poeta y articulista.